Y es que dirigirte a tus clientes hablándoles desde el “nosotros” no suele dar buenos resultados. A tus clientes lo habitual es que no les importe tu marca, sino la solución a sus problemas.  

Dirígete a ellos. Dales solución o inspírales, pero no les hables desde el “somos líderes en…”. Todos somos líderes en algo si encontramos el pequeño hueco donde poder serlo.

Y no es que esté mal posicionarte como la empresa líder en algo, pero sólo si ese algo representa para tus clientes un verdadero valor añadido. ¿Sabes cuándo tu marca pasa a importar? Exacto, cuando ya no estás. ¿Oíste hablar ya del marketing de la nostalgia…?

Inspírate. Toma ideas. Dales la vuelta. Busca distintos enfoques. Pero no reescribas lo ya escrito por otros. Es tentador, pero no funciona. Cuesta más. 

Escribe rápido. Reescribe despacio.

Sé honesto. Sé auténtico. Transmite. Pero no llenes contenidos de frases vacías. 

¿Sabes qué?

A menudo, lo bueno es infinitamente más grande que la torpeza con la que se expresa. 

Escribe rápido. Reescribe despacio.